Turismo y planificación: un desafío aún por resolver

El incidente en los tótems del Aeropuerto de Santiago revela deficiencias estructurales en la coordinación y visión a largo plazo de la gestión turística nacional, evidenciando problemas que afectan directamente la experiencia del visitante.

La reciente polémica originada por la suspensión de los tótems turísticos en el Aeropuerto de Santiago ha puesto en evidencia un problema que va mucho más allá de un fallo aislado, apuntando a graves carencias en la planificación de servicios esenciales para el turismo en el país. Diversos actores, entre ellos la Federación de Turismo, han denunciado razonadamente que este incidente representa solo la punta del iceberg en la organización y coordinación de los puntos de información para los visitantes.

Desde una óptica académica y técnica, se identifican tres dificultades fundamentales: la deficiente coordinación entre las entidades públicas implicadas, la falta de una estrategia turística a futuro y la inadecuada administración de los servicios de información en lugares estratégicos. El Aeropuerto de Santiago, como principal punto de entrada a Chile, debería funcionar como un ejemplo de eficiencia, hospitalidad y claridad informativa, pero en lugar de ello se observa una serie de cambios arbitrarios y decisiones poco transparentes que evidencian una desconexión alarmante entre las autoridades, los operadores turísticos y las políticas adoptadas.

La situación se agrava al ocurrir en plena temporada alta de invierno, lo que afecta directamente percepciones y experiencias de los turistas, proyectando una imagen de improvisación que resulta insostenible si Chile aspira a posicionarse como un destino competitivo a nivel global. La industria del turismo requiere más que meras buenas intenciones o campañas publicitarias: demanda una planificación rigurosa, una proyección a largo plazo y, sobre todo, una voluntad política real.

Es imperativo instaurar mesas de diálogo permanentes que integren a los distintos niveles del Estado, sector privado, academia y comunidades locales, ya que la gestión del turismo no debe estar sujeta a decisiones aisladas ni a la habitual rotación de autoridades que a menudo desconocen la realidad territorial y sectorial.

Un sistema turístico sólido se construye desde sus cimientos, basándose en servicios integrales, información accesible, una coordinación efectiva y una visión que combine sostenibilidad, desarrollo local y una óptima experiencia para el visitante. Cada interacción con el turista constituye una oportunidad valiosa para cimentar la confianza y fortalecer la imagen de Chile, y, como ilustra este episodio, cada falla es un recordatorio de lo largo que aún está el camino a recorrer para tratar el turismo como el motor estratégico que el país necesita.

Autor: Roberto Sánchez

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